domingo, 3 de octubre de 2010

Un espíritu no de cobarde sino de fortaleza, amor y buen juicio.

Te recuerdo que reavives el don de Dios que has recibido por la imposición de mis manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de fortaleza, amor y buen juicio. Pablo a Timoteo

¿Como reavivar este espíritu en mi, sacerdote? En la lectura del oficio de esta mañana san Gregorio Magno recuerda que esto significa "oponerse a los grandes de este mundo, hablando con entera libertad para defender a la grey".

Anteayer recibí una carta de mi amigo y compañero Marco Bassani que terminaba así: "Por eso a veces también un sacerdote debe levantar la voz, pero no por su propio interés ni para descargar sus frustraciones, sino para defender los valores del reino"

El mismo día, primero de octubre, culminó en Perú el proceso por el caso del periodista Pedro Yauri. A partir de esta noticia traté de conocer y profundizar algo de este periodista huachano y mi conclusión es que merece muchísimo ser recordad por el gran ejemplo de fortaleza y coherencia que nos ha dejado. Espero que compartir esta reseña nos pueda servir mucho a hacer vida el llamado de la palabra de San Pablo que nos toca en la liturgia de hoy y que encabeza este artículo.

No hay comentarios: