viernes, 27 de enero de 2012

Vivo de la misericordia de Cristo, que cuestiona al fariseo y perdona a la pecadora

Ofrezco en este espacio una lectio divina sobre Lc 7,36-50 que preparé y compartí para mi parroquia Jesús Divino Maestro en setiembre del 2011. Fue un momento extremamente participado, por eso espero que pueda servir a otros a través de la internet.

La "generación pecadora" no reconoció la hora del Mesías, pero hay "Hijos de las Sabiduría" que reconocen sus obras (Lc 7,35).

En Lc 7,36-50 encontramos a tres personajes: un fariseo, Jesús y una pecadora. Jesús relata una parábola que también contiene tres personajes: un prestamista y dos deudores.

Antes que nada, observamos como en la descripción de la escena que acontece en la casa del fariseo se cruzan tres tipos de MIRADAS alrededor de la mujer.
1. La mirada del evangelista: Lucas presenta su pasado y su presente. Era una pecadora y ahora lava los pies a Jesús.
2. E, Fariseo en cambio percibe solo el pasado de pecadora de la mujer que entra inopinadamente a su casa.
3. Jesús, en cambio, la considera por lo que hace y lo que podrá ser.
Jesús en realidad mira a la mujer mientras habla al fariseo y al lector.

Al terminar la parábola, Jesús hace un pregunta que quiere involucrar al fariseo. Él contesta como frente a un examen escolar en que no quiere entrar. No entiende que él también es un deudor y necesita perdón.
A esa altura no se puede ser neutrales. También nosotros debemos mirar con simpatía a esta mujer.

La escena está llena de una gran INTIMIDAD. Es embarazosa y fascinante porque no se trata de un simple lavado ritual; más bien es un pasión proclamada en público. Impresiona que el Hijo del Hombre no retira los pies, asume lo que la mujer expresa y lo llama "mucho amor" (v.47).

Esta escena suscita la envidia y el malestar del dueño de casa.
Él desprecia a la mujer y duda que Jesús sea profeta.
Y encima, defiende su falsa inocencia acusando a la mujer, que por él es solo una pecadora, y a Jesús: "Si este hombre fuera profeta...".
El Fariseo parecía generoso invitando a Jesús, pero ¿Cuales fueron realmente sus intenciones?

JESUS, como Dios, sabe leer en los corazones y perdonar los pecados.
Él hace caer los prejuicios: el ser justo del fariseo y el ser indigno de la mujer.
Solo Dios, que ve el corazón, no encasilla a las personas y puede dar un significado diferente a los gestos seductores de la mujer, en cuya actitud había quizás mucha equivocación, pero a la vez un fondo verdadero, un sincero deseo de bien.

Jesús todavía no ha retraído los pies de la mujer a pesar de las negativas interpretaciones ajenas, en cambio compara la mezquindad del dueño de casa con la excelencia de cariño por parte de ella (v.44 ss).

CONCLUSIONES: ¿Qué aprendemos?

- El pecado es deuda hacia Cristo, pero la fe apuesta que Cristo es más que nuestras deudas. Nuestras deudas no son excusas para no acceder a su intimidad, que nunca ensuciaremos porque él es amor ardiente que quema todo mal.

- Aprendemos también a decir gracias a esta mujer que nos revela mucho amor (47), fe (50) y sabiduría (35) ya que se identifica como una de los hijos que rinden justicia a la sabiduría de Dios.
En los gestos de amor de la mujer se expresa una gran fe que sabe jalar el más grande milagro: el perdón de Cristo.
Ella es muy diferente a la generación incrédula que nunca quiere entrar a la cancha.
Ella supo reconocer la hora de Dios, la gran ocasión de su vida.
Ser sabio es acoger el momento favorable para la salvación, la hora de la conversión y de acercarse al perdón.

ORACIÓN
¡Qúe bello morar en esta Palabra y recibir la mirada divina de Jesús que sana toda mis heridas, comprende y perdona mis numerosos pecados y errores!
Cristo encuentra la fe en las personas menos consideradas y las rehabilita para una vida nueva.
Haz Señor que no sienta miedo de confesar mi deuda para recibir tu perdón verdadero y pleno.
Perdóname todas las faltas hacia mi ministerio y vocación, hacia tu divina presencia menospreciada o desapercibida, hacia la gente que me necesitaba más.

1 comentario:

Noemi dijo...

Les visito desde El Salvador, reciban bendiciones.
www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com