lunes, 21 de septiembre de 2009

Lectio Divina con el método del lapicero de cuatro colores

El 21 de setiembre de hace cuchocientos años yo entraba al seminario de Seveso para empezar mi camino vocacional. Era, entonces como hoy, la festivada de san Mateo apostol y evangelista.
En este aniversario presento a mis cuatro lectores la:

Lectura del Evangelio con el Método del lapicero de cuatro colores.


Materiales a tener a disposición: texto biblico, lapicero de cuatro colores, cuaderno espiritual.

Preparación
Me acerco a la lectura bíblica en un clima de oración, silencio, separándome de otras actividades materiales y mentales, mejor si la realizo en un lugar apropriado como la iglesia.
Empiezo con una oración: puede ser el Gloria al Padre, una invocación al Espíritu o la celebración de Laudes, si se tiene más tiempo.


Pasos a seguir:

1. Leo detenidamente toda la parte a considerar hoy. Con calma. Puede ser útil que no sea solo una lectura “mental”, sino que se pronuncien todas las palabras.

2. Color NEGRO: subrayo los lugares, hago un circulito en los nombres de los personajes, una casilla alrededor de las indicaciones de tiempo. ¿Entiendo de que se habla? ¿Comprendo el sentido general del texto y su contexto?

3. 3.Color AZUL: trato de imaginarme dentro de la situación descrita en la lectura. La comparo con mis vivencias; me recuerdo también otras citas bíblicas que resuenan en alguna expresión. De esta manera me doy cuenta de cual es la frase de la palabra de Dios de hoy que más me interpela y las subrayo con el azul, el color del cielo. Puedo copiarla en mi cuaderno, si necesario con una pequeña explicación.

4. Desde la reflexión paso a la oración por mi, por la iglesia y por personas y situaciones conocidas. Escribo mi oración del día con el color ROJO, el color del corazón: es mi respuesta a la palabra del Señor que me inquieta.

5. El Senor me ilumina e invita a crecer no solo en la oración sino también en las buenas acciones. Eligo una accione concreta a realizar en el día (o en los días siguientes) y escribo mi compromiso en el cuaderno con el color VERDE (el color de los vegetales que brotan, crecen y llevan fruto)

Día tras día, con perseverancia avanzo en el camino de la palabra que se vuelve luz para mis pasos.

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