Hoy, fiesta de la Conversión de san Pablo apóstol, me dejo guiar por las palabras de Dios presentadas en la segunda antífona de laudes:
"Te basta mi gracia, que en la debilidad se muestra perfecto mi poder".
Es un retomar conciencia de la gracia de los inicios, pero a la vez reconocer mi propia debilidad para que una vez mas venza en mi vida la gracia de Dios.
Y la tercera antífona complementa:
"La gracia de Dios no quedó infecunda en mí, sino que su gracia permanece siempre".
Como decía san Tomás de Aquino: "La gracia crea la fe, no solamente cuando la fe nace en una persona, sino pero todo el tiempo en que le fe sigue".
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