Carta a todas las familias
Estimados hermanos y hermanas,
en estos días hago memoria de mi ordenación sacerdotal que aconteció hace 20 años, exactamente el Sábado 8 de Junio de 1991. Recuerdo las emociones y los deseos espirituales de ese entonces y agradezco a Dios por llenarme de fortaleza y paz en esta vocación.La mayor parte de mi vida sacerdotal se ha desarrollado en Huacho; por eso voy a compartirles como compañeros de camino tres reflexiones personales que provienen en esta ocasión, de un texto del papa Benedicto XVI.
NO se es sacerdote solo para un tiempo; SINO para siempre, con toda el alma, con todo el corazón.
El sacerdote no es un profesional que tenga horas de trabajo y horas de descanso. Se es sacerdote cuando se ora o preside los sacramentos, pero también cuando se trabaja por el bien de la comunidad, en un servicio pastoral o administrativo, cuando se atienden las personas o visitan los enfermos. Se es sacerdote en las horas de estudio, de reunión o de asesoría. Sacerdote todos los días y todo el día.
NO somos señores de la fe, SINO servidores de la alegría. (cf. 2Cor 1,24)
El estilo del sacerdote se manifiesta como servicio pastoral. Eso quiere decir conocer la porción de iglesia que se le encomienda, valorar y fomentar todo lo bueno que tenga, ayudarla a dirigir sus deseos y acciones hacia la caridad cristiana. Lo más bonito en la vida de un sacerdote es sentirse parte y guía de la comunidad; personalmente valoro mucho las ocasiones de sentir con los que pasan penas y gozar con los que están en la alegría.
NO es un criterio decisivo que dirán de nosotros los otros, SINO lo que dice Dios.
Todo lo que hace un sacerdote está sumergido en el misterio de Dios. A Dios se encomienda al empezar el día y al Él devuelve agradecido el tiempo pasado al terminar la jornada. No faltan piedras en el camino, malentendidos o críticas. Todos somos pecadores, pero solo el Señor es juez. Nos pone tranquilos no buscar la aprobación de las encuestadoras, sino anunciar la revelación de Dios en su totalidad.
2 comentarios:
Gracias a Dios por fortalecer líderes como Usted Padre Ambrosio.
Felicitaciones por estos 20 años de batallar en la fe del pueblo.
Gracias a Dios por darnos un Sacerdote que dejó todo para acompañar a esta comunidad parroquial.
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