sábado, 5 de septiembre de 2009

Homilía en el matrimonio de Alejandro Chu y Rosío Gonzales

Vamos a dar una interpretación más alegórica que exegética a las lecturas bíblicas que los novios eligieron.

En la primera, la opción entre Eclesiastés, Tobías y Génesis (cap. 2) era casi obvia para unos estudiosos del Génesis de la cultura y civilización andina.
Además que el mismo texto bíblico nos rebota en pleno precerámico, hablando de barro, pero todavía no cocido: "El Señor modeló de arcilla el hombre".
¡Qué impresión divisar a nosotros mismos como figulinas encontradas en las excavaciones.
Pero, guiados por la voz de los profetas, lo más importante es reconocer quien es el Autor, el Alfarero que nos ha modelado y ha impreso en ustedes el sello de una vocación matrimonial: "Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne".
De allí venimos: en cosas tan grandes, ¡el caso no existe!

El Evangelio (Juan 2) nos hace avanzar en los siglos y milenios para llegar a una celebración de boda en la cual las vasijas de cerámica van a tener un papel protagónico.
Seis tinaja bien grandes (100 litros cada una), recipientes aptos para guardar agua, cambian su función principal para dejarse llenar del vino nuevo y bueno de Cristo.
Como no recordar otra página del evangelio, en la que Jesús nos habla del "Vino nuevo en odres nuevos".
Somos creados para ser acogedores, para que la gracia de Cristo nos llene totalmente, para hacer de nosotros personas nuevas: en el sacramento del matrimonio los que eran dos serán uno.
También los otros sacramentos y la oración vierten el vino sabroso de la gracia de Dios sobre nosotros llenando nuestras existencias.

Finalmente 1 Corintios 13, lectura que vale no solo para Alejandro y Rosío, sino para cada uno de nosotros:
- podría hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles, podría hablar quechua, protoquechua y hasta pre-protoquechua... si no tengo amor no soy más que un tambor.
- Podría conocer todos los secretos escondidos y todo el saber, arqueológico o teológico... si no tengo amor no soy nada.
- Podría hasta entregarme en sacrificio humano par ser quemado vivo como ofrenda... SI NO TENGO AMOR, de NADA ME SIRVE.

* De esta misma página tomo mi más sincero deseo, queridos amigos, para que tengan:
- un amor comprensivo y bondadoso,
- un amor que no presume ni se engríe,
- un amor que goza con la verdad,
- un amor que nunca muere.

El matrimonio, con la correspondiente homilía se realizó el sabado 25 de julio en la Capilla de la Virgen de la "O", en las inmediaciones de la iglesia de San Pedro en el cercado de Lima.

Ah... y nadie se olvide de las advertencias para los padrinos.

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