sábado, 11 de septiembre de 2010

Siempre habrá en los jóvenes un espíritu de sabiduría e inteligencia

Con estas palabras terminaba el episodio de Susana, puesto al final del libro de Daniel en una antigua versión de la Biblia griega (LXX).
Reporto en forma completa este versículo con sus dos partes:
Dan 13,
62a Por seo los jóvenes son los queridos de Jacob, por su sencillez.
62b Nosotros debemos custodiar a los jóvenes como a hijos capaces, los jóvenes será piadosos y siempre habrá en ellos un espíritu de sabiduría e inteligencia.

Recordamos brevemente la historia de Susana, que es acosada en un jardín por dos viejos jueces que, frente al rechazo de la mujer, aprovechan de su reconocida condición para hacerla condenar. Susana ora y pone su confianza en Dios. En respuesta a sus oraciones, interviene un ángel de Dios que llena de espíritu de inteligencia al joven Daniel, el cual desenmascara a los dos ancianos.

La escena evoca fuertemente Gen 2-3: él que está encargado de reconocer el bien y el mal, como Adán, figura del rey-juez de Israel, pasea en un jardín en el cual hay un objeto de placer que lo tienta y lo lleva a la ruina.

Susana, mujer afligida que con su oración suscita un don celestial de sabiduría tiene su antecedente bíblico en Ana, madre de Samuel, quien, dolida y quebrada en su ánimo, llora delante de Dios el cual le concede no solo un hijo, sino un profeta para Israel.

En el relato de Susana la sabiduría divina aparece milagrosa y puntualmente para evitar que se llame mal al bien y bien al mal, salvando así a la inocente y condenando a los malvados, sin embargo en el versículo terminal esta sabiduría se extiende de forma incondicional a todos los jóvenes para siempre. Así, a mi parecer, en estas líneas encontramos uno de los más lindos retratos de los jóvenes no solo en la Biblia sino en la literatura universal.

Se dice que ellos son los favoritos (queridos) por su generosidad, devoción y perspicacia.

Su primera virtud es la sencillez (en griego haplotes). Designa la rectitud de quien es justo y no tiene otra finalidad. Chicos y chicas son valiosos porque listos para entregarse con entusiasmo y sinceridad.

También son "capaces" (dynatoi), o sea a la altura de asumir responsabilidades importantes, destinados a asumir las riendas de la sociedad.

Siempre tendrán el Temor de Dios por ser "piadosos" y habrá en ellos un espíritu de sabiduría e inteligencia: son las mismas características que acompañan al esperado descendiente de Jesé según Is 11,2: "Reposará sobre él el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh". De esta manera el libro de Daniel concluye extendiendo a los jóvenes las extraordinarias prerrogativas donadas por Dios no solo a Daniel, sino al mismo Mesías.

Este versículo en un breve momento de la historia del texto bíblico pudo ser la última frase del Antiguo Testamento. El relato sagrado se reanudará después con el Evangelio de Mateo, que nos presenta al hijo nacido de la casa de David sobre el cual el espíritu desciende como paloma y se vuelve Maestro.

El mismo Espíritu de Cristo, con las características mencionadas por Isaias, lo invoca hoy en día la iglesia sobre todos los jóvenes en su Confirmación para que siempre resplandezcan en ellos estas virtudes y las manifiesten como testigos sinceros del amor del Señor.

No hay comentarios: