Lo que comenta el prólogo de Juan, también acontece hoy día: los periódicos ponen Zuckemberg o Assange en sus carátulas como personajes del año; en ellos no encontraremos al que hizo todo el mundo.
Pero el Verbo de Dios vino al mundo y estaba en el mundo también este año y los que lo recibieron tienen la vida nueva de los hijos de Dios.
Parecería imposible reconocer la Gloria del Verbo en nuestra sociedad tecnológica y materialista.
Por eso al finalizar un año más de vida necesitamos aún más un espacio vital de oración y reflexión para reconocer al Dios vivo y presente, agradecer todo lo recibido y encomendarle todos nuestros deseos.
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